Héroes de la EURO: Jean-Marie Pfaff, 1980
Freitag, 26. Juni 2020
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El portero Jean-Marie Pfaff hace un repaso a la Bélgica que alcanzó la final del Campeonato de Europa de la UEFA 1980.
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"Nosotros fuimos los que pusimos a la selección de Bélgica en el mapa", recordó el portero Jean-Marie Pfaff sobre la andadura de los 'diablos rojos' hasta la final del Campeonato de Europa de la UEFA 1980.
Tras hacer su debut como internacional en la derrota ante Holanda en los cuartos de final de la EURO de 1976, Pfaff y sus compañeros de selección llegaron a la edición de 1980 que se disputaba en Italia con pocas expectativas. "Muchos de nosotros seguíamos con nuestros trabajos normales y jugábamos al fútbol. Cuando viajamos a Italia lo vimos como una especie de vacaciones. Pero nuestros esfuerzos no tuvieron ni un ápice de eso", recordó.
Un comienzo humilde
"Hasta que me casé, viví en una caravana. Las personas que viven en caravanas son fantásticas. Yo tuve una vida feliz con mis hermanos y hermanas (con los 11 de ellos). Ahí las personas buscan tener contacto unas con otras, son muy sociables. Comodidad, amor, amistad, trabajar juntos, jugar juntos y cuidarnos unos de otros… Era una gran familia", afirmó Pfaff sobre sus días en Lebeke, en el estado de Flandes.
La muerte de su padre Honoré, un vendedor de alfombras puerta a puerta, cuando Jean-Marie tenía 11 años, dañó ese panorama perfecto de familia, aunque el hijo hizo una promesa: se iba a convertir en un buen portero. Trabajó duro. Tuvo un trabajo en la oficina postal y fue contratado en una fábrica de tejidos cuando a los 18 años tuvo su oportunidad en el Beveren. "Ese era mi pasatiempo inicialmente, yo seguía teniendo mi trabajo normal. Todos los días tenía que conducir mi bicicleta desde Beveren hasta Sint-Niklaas, sin importar el clima". Un viaje de unos 25 kilómetros.
Oportunidad deportiva
Se casó con su esposa Carmen en 1974 y juntos llevaron una tienda deportiva mientras él se establecía como titular bajo los palos del Beveren. Pronto se convirtió en un fijo, llevando al club a conquistar los títulos de liga y copa antes de ser nombrado jugador belga del año en 1978.
La EURO de 1980 representó otro gran momento. Su selección empató 1-1 ante Inglaterra en el primer partido y venció por 2-1 a España antes de que Pfaff dejase su portería a cero en el empate sin goles ante Italia que les dio el liderato del grupo y el pase a una final ante la República Federal de Alemania. Bélgica perdió por 2-1 la final de Roma en un partido en el que Horst Hrubesch marcó el gol de la victoria a los 88 minutos, aunque muchos éxitos estaban por llegar en la carrera de Pfaff.
La cima
En 1982 Pfaff dejó el Beveren por el Bayern, y aunque se marcó un gol en propia puerta en el partido de su debut, sus espectaculares paradas y su acento le harían uno de los preferidos de los aficionados. Con el conjunto bávaro levantó tres Bundesliga y cayó en la final de la Copa de Europa 1987 ante el Oporto.
Sin embargo, fue en la Copa Mundial de la FIFA de 1986, donde se ganó un lugar entre los inmortales del juego. Era indomable y terminó con las esperanzas de España en la tanda de penaltis en los octavos de final antes de toparse con la Argentina de Diego Maradona. Bélgica tuvo un recibimiento de héroe y más de 10.000 personas se agolparon en la plaza Grote Markt de Bruselas para recibir a la selección. Pfaff volvió de México con el apodo de 'El Simpático' gracias a la sonrisa y los guiños que hacía regularmente.
Estrella de un reality
Abandonó el Bayern en 1988, poniendo fin a su carrera en las filas del Lierse y el Trabzonspor antes de colgar los guantes a los 36 años. Fue entrenador por poco tiempo, pero pronto encontró una plataforma perfecta para su personalidad con sus trabajos de caridad y como estrella de De Pfaffs, un reality que durante una década mostró imágenes de su casa en Brasschaat, cerca de Amberes.